Motor

El megayate Octopus busca dueño

Lleva dos años buscando un nuevo armador, pero su precio de mercado y también sus años complican la operación de venta. El exclusivo megayate Octopus, que perteneció al cofundador de Microsoft Paul Allen, todavía hoy saca pecho como uno de los reyes de los océanos a la espera de conocer su próximo destino.

Los brokers náuticos profesionales Burguess Yachts y Fraser Yachts son los encargados de gestionar esta operación de compraventa tan exclusiva. En la actualidad el megayate de 126 metros ocupa el puesto número uno en el particular ranking de las embarcaciones a la venta más caras del mundo. Su precio: 235 millones de euros.

Desde su botadura en 2003, el Octopus se convirtió también en una embajada flotante para los negocios del socio de Bill Gates. Los personajes más VIP de todo el mundo se dejaban ver en las cubiertas de la embarcación en verano o en las fiestas más sonadas en la costa de Cannes.

Entre todo ellos, destaca también de forma especial Mick Jagger que grabó a bordo la mayoría de las canciones del grupo Superheavy en su debut oficial en 2001. Paul Allen siempre fue un gran aficionado a la música rock y equipó una de las estancias de la embarcación con un estudio de sonido profesional.

El yate se construyó en el astillero alemán Lürssen sobre los planos realizados por el estudio Espen Oeino. Dispone de dos helipuertos, otros tantos submarinos, siete lanchas, una piscina con fondo de cristal y una cancha de baloncesto. Además, el Octopus fue actualizado en 2018 durante ocho meses en los astilleros Blohm + Voss donde se le realizó una completa puesta a punto de proa a popa .

Clasificado actualmente en el puesto 22 de los yates privados más grandes del mundo, en la embarcación pueden pernoctar hasta 26 personas, mientras que la tripulación está formada por 60 marineros de forma permanente.

El megayate emplea ocho motores diésel (19.200 caballos de potencia en total) con el que alcanza una velocidad de crucero de 20 nudos y una autonomía de 1.200 millas.

 

A bordo del Octopus, Paul Allen también lideró varias expediciones científicas. Una de las más exitosas se produjo en 2015, cuando su equipo descubrió los restos del acorazado japonés Musashi, hundido durante la Segunda Guerra Mundial en las aguas filipinas del mar de Sibuyan y que ningún cazador de naufragios logró localizar durante 70 años.

El magnate americano también fue dueño del equipo Portland Trail Blazers en la NBA, coleccionaba arte, mansiones y aviones. Sin olvidar yates. Llegó a tener en propiedad cuatro embarcaciones de gran eslora: Tatoosh, Meduse, Charade y el Copa América One World.

Redacción

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