Introspección en Times Square

El artista cubano Raúl Cordero inauguró este viernes en la bulliciosa plaza neoyorquina de Times Square su instalación «The Poem» (El poema) con la que pretende «lograr un punto de pura atención, de introspección más que nada, dentro de un lugar con tantas distracciones como este».

Times Square ha recuperado su agitación caótica de la prepandemia y con los primeros destellos de calor primaveral que estrena Nueva York parece un mar agitado por corrientes sin rumbo de turistas, paseantes despistados, vendedores de viajes y sueños y figurantes, donde los celulares y las cámaras de fotos se levantan sobre las cabezas, lanzando continuas ráfagas a los edificios y a las decenas de carteles luminosos publicitarios que dominan la plaza.

Y en medio de esta vibración humana, que cada día crean las 200.000 personas que cruzan o visitan la plaza, la instalación de Cordero intenta robar por unos instantes la atención de algún náufrago.

«Una constante en mi trabajo es la falta de atención con la que vivimos, el nivel de distracción constante en el que vivimos y la intención de esta pieza es lograr un punto de pura atención, de introspección más que nada dentro de un lugar con tantas distracciones como este», explica a Efe.

UN OASIS DE CALMA EN MITAD DEL RUIDO

Se trata de un cubo hueco de cuatro paredes y sin cubierta, que el visitante puede cruzar caminando por debajo.

La parte exterior está recubierta de hojas de laurel y la cara interior esconde un haiku del poeta y crítico de arte estadounidense Barry Schwabsky, escrito con bombillas fluorescentes y que contrapone la calma y el silencio con el eco del ruido y los rugidos.

En unas breves palabras durante la inauguración, Schwabsky aseguró que nunca habría soñado que un poema suyo se iluminara en Times Square.

«Creo que es verdaderamente maravilloso que Raúl haya creado este espacio para que la gente se detenga y piense en medio de todo esto, en medio de todo el ruido, en medio de todo el alboroto», aseveró.

Por su parte, Jean Cooney, la directora artística de la asociación Times Square Arts, declaró que «esta obra de arte fusiona la poesía y el mundo natural para asirnos a la tierra físicamente, e intenta mantener abierto un espacio contemplativo en uno de los lugares más concurridos del mundo, donde nuestra atención a menudo se fractura debido a fuerzas que compiten constantemente por atraerla».

Para Cordero, que ha tardado más de dos años en desarrollar esta obra efímera que será retirada el 4 de mayo, llamar la atención en Times Square, donde los mejores profesionales publicistas compiten por robarle la mirada a los transeúntes, es casi un imposible.

«El arte no es funcional, lo único que puede hacer es provocar cosas, insinuar cosas, crear las condiciones, crear belleza al final y esa es la idea de esta pieza», dice Cordero antes de asegurar entre risas que los publicistas son quienes saben hacerlo.

UNA DENUNCIA DEL TEXTEO

La inauguración fue acompañada de tres canciones interpretadas por el coro «Peace of Heart», cuyas voces, dirigidas a «promover la curación, la unión de la comunidad y la comprensión mutua» quedaron casi apagadas, a pesar de los amplificadores, entre el rugir de autos y voces que se mezclan en la plaza.

En la presentación, Cordero hizo una defensa del lenguaje más allá de su uso utilitario, de la escritura de palabras y breves textos en las aplicaciones de búsqueda.

«Todos los días mensajeamos casi como una cuestión de supervivencia en las pestañas de búsqueda, lo que nos permite proveernos desde comida a transporte o sexo», dijo el artista, antes de subrayar que «algunas veces «cuanto más utilitario es el mensaje menos atención le prestamos».

«Ya no escribimos, simplemente mensajeamos la mayor parte del tiempo», zanjó el artista, nacido en 1971.