Albert Adriá reinventa Enigma: «Sé lo que la gente espera de mí»

Albert Adrià vive otra reinvención profesional con la reapertura de Enigma (Barcelona), que se transforma en «una propuesta muy completa para que haya de todo para todos», a la altura de lo que el público espera de él y tras superar el trauma del cierre de los restaurantes del grupo elBarri por la pandemia.

«Son etapas en la vida, no me gusta mirar atrás. Enigma es mi proyecto más personal y lo emprendo en solitario. La gran diferencia es que ahora sólo tengo un restaurante y estoy volcado en él. Sé lo que la gente espera de mí», explica a EFE quien pone en la coctelera su experiencia de 23 años en elBulli, los siete restaurantes que conformaron elBarri en Barcelona, Cakes & Bubbles en Londres, Little Spain en Nueva York en alianza con José Andres y Heart Ibiza con Le Cirque du Soleil.

Adriá dinamizó la gastronomía española con Inopia Classic Bar, 41º Experience, Tickets, Pakta, Bodega 1900, Niño Viejo, Hoja Santa y Enigma, algunos de ellos en una asociación con los hermanos Iglesias que acabó en concurso de acreedores por la pandemia. Pero asegura que su experiencia «más nutriente» ha sido la de Heart Ibiza, un concepto que combinaba cocina y espectáculo al más alto nivel.

«Hicimos algo sin igual, no se volvió a retomar por la pandemia pero fue un reto maravilloso». Confiesa que su restaurante soñado no existe hoy, pero tendría mucho que ver con esa mezcla de entretenimiento y gastronomía.

Pero ahora se concentra en Enigma, que reabrirá el 7 de junio «reinventado». No será ese espacio de alta cocina nacido en 2017 que estuvo en el Top 100 mundial de la lista The Worlds 50 Best Restaurants porque ese modelo no le gustaba a Albert Adrià después de los cierres y las restricciones pandémicas que le llevaron a echar la persiana.

«La anterior fórmula de Enigma no me gustaba para ahora, por eso hemos tardado más de la cuenta en abrir. Ha sido complejo diseñarla, pero tenemos una propuesta muy completa para que haya un poco de todo para todos y al máximo nivel», expone.

Cambia el concepto de «fine dinning» por el del «fun dinning», con dos propuestas: «lunch time» y «afternoon drinks». El espíritu de las tapas de Tickets sobrevuela sobre este nuevo Enigma, con una barra en la que se ofrecerá un menú degustación breve de «cuatro o cinco pases» y una oferta más amplia de carta para el resto del espacio donde comer con la mano será una prioridad y el sabor la exigencia.

Adriá se suma al «tardeo» con una oferta en la que las propuestas culinarias se adaptan a los cócteles, en una propuesta «más informal y festiva» que estará acompañada por música. No hay cenas y se cierra a las 21:00 horas. «Me gustaría cerrar a las tres de la mañana pero no encuentro personal, y me merezco ver a mi familia, lo mismo que mi equipo», reivindica en un momento de crisis laboral en hostelería.

Su versión del sándwich club, el ‘paté en crôute’ deconstruido, el ahora popular ‘katsushando’ (bocadillo japonés con carne wagyu aquí reinventado con pan con tomate) y la pasta italiana «a su manera» son algunas de las propuestas de un Enigma donde «habrá cosas académicas y otras no» pero sigue una máxima: «La gente espera siempre algo de mí y hay que dárselo».

Será «frescor, calidad y Mediterráneo» y un sello de calidad conocida, el de Albert Adrià, que hace que antes de la apertura de Enigma «esté ya completo para dos meses».

Mientras ultima esta deseada reapertura en Barcelona, le ronda por la cabeza «revivir» Tickets, el restaurante con el que innovó el concepto de las tapas y que le gustaría llevar a nivel internacional «porque las tapas son Marca España», mientras guarda en el recuerdo su experiencia única con Alain Ducasse en el restaurante efímero ADMO en París y deja al aire una nueva colaboración entre ellos: «¿Por qué no? Estas experiencias son interesantes en lo bueno y en lo malo».

No deja de recibir ofertas, dentro y fuera de España, pero ahora lo tiene claro: «Es el momento de tomármelo muy tranquilo, lo primero es centrarme en Enigma, que la gente lo pase bien y llenemos y que Barcelona pueda disfrutar del restaurante y yo de él».