‘Black film’ independiente estadounidense

Filmoteca Española y el Museo Reina Sofía han organizado un ciclo que plantea un recorrido por el ‘black film’ independiente estadounidense con una retrospectiva que, por primera vez, muestra un siglo de películas dirigidas únicamente por cineastas afroamericanos.

El ciclo recoge desde los pioneros en el nacimiento del medio hasta los artistas contemporáneos en la era Trump, desde el largometraje más antiguo que se conserva dirigido por un cineasta negro, Within Our Gates (Oscar Micheaux, 1921), hasta las frenéticas propuestas de Arthur Jafa.

Partiendo de casi 30 sesiones en dos meses de programación, se quiere potenciar un cine que reclama que se puede y se debe contar otra gran historia del medio en Estados Unidos capaz de situar en el centro la mirada subalterna y resistente de la minoría negra.

La programación de este ciclo presenta un relato basado en las manifestaciones fílmicas que ya no tratan de manera externa u observacional a la población negra, sino que están realizadas por esta misma comunidad que se muestra como una forma de vida y experiencia única.

Black Films Matter es un ciclo de películas singulares con resonancias y confluencias entre sí, antes que de programas teóricos. El ciclo consta de unidades de sentido que dan forma subyacente a este beat de filmes, como la arqueología de los pioneros del cine, con los primeros directores afroamericanos de la historia, Oscar Michaux y Zora Neale Hurston.

Los llamados race films de comienzos del siglo XX fueron una industria alternativa que se desarrolló en el periodo mudo y permanece todavía hoy desconocida por su enorme potencial de desestabilización.

‘Within Our Gates’ de Oscar Micheaux es una respuesta antirracista a la aberrante monumentalidad xenófoba de ‘El nacimiento de una nación’ (1921) de D.W. Griffith, hito en las historias ortodoxas del cine. Tras este periodo, se conecta con la emergencia de la conciencia negra y los movimientos por los derechos civiles de las décadas de 1960 y 1970, caracterizados por la insurgencia del Black Movement y del LA Rebellion, colectivos donde destacan gigantes fílmicos como Charles Burnett, Melvin van Peebles o Billy Woodberry.

A su vez, las políticas de la diferencia unen feminismo, negritud e identidades queer en el trabajo de Julie Dash, Cheryl Dunye y Cauleen Smith. Pero también hay lugar para un cine callejero y popular durante todo el ciclo, que aborda el barrio como territorio y campo de batalla, como sucede en Gordon Parks, Spike Lee, Michael Schulz o John Singleton. Películas dirigidas a una nueva audiencia masiva específicamente negra, un contrapúblico que transforma el cine de entretenimiento norteamericano.

Las sesiones de artistas contemporáneos, Kara Walker, Arthur Jafa o Kevin Jerome Everson, funcionan como contrapuntos fuera de cronología que vuelven a momentos fundacionales del black film, como los orígenes de los pioneros o las revueltas de las décadas de 1960 y 1970.

En conjunto, buscan reintegrar estas genealogías históricas en una conciencia negra contemporánea, que incorpore el pasado, pero que sea capaz de manifestar que las vidas negras, y el cine que las habita, importan.