Casas prefabricadas de madera y cemento construidas como un Lego

La firma mexicana Amezcua ha diseñado unos módulos prefabricados para construir tres casas en la que retirarse a descansar. Fundado en 2015, la innovación es una de las señas de identidad de este estudio que crea estructuras que utilizan su sistema Kineki, que consiste en unidades modulares prefabricadas colocadas dentro de un marco de madera.

 

Es una de las tres unidades diseñadas
Exterior del prototipo Kineki / Jaime Navarro

Al construir un edificio, el equipo vierte una base de hormigón y construye un esqueleto de madera con pino procedente de la ciudad de Durango. Las unidades modulares prefabricadas, que se transportan en camiones al sitio, se insertan luego en el marco de madera. 

“Kineki es un método de construcción y al mismo tiempo un estilo de vida que te conecta con la naturaleza. Toma elementos renovables y materiales sustentables de bajo impacto y los utiliza en un diseño con pocas piezas, para conformar un sistema modular – patentado – tipo lego. Ofrece diversas posibilidades, que permiten construir casi cualquier tipo de espacio, en menos tiempo que los sistemas de construcción tradicionales, con costos y tiempos precisos”, explican desde el estudio.

Prototipo Kineki
Espacio abierto / Jaime Navarro
Amplio y con vistas al exterior
Dormitorio / Jaime Navarro

Las unidades modulares tienen forma cuadrada y miden 3,6 por 3,6 metros. Se pueden combinar varios módulos para formar un espacio más grande. Amezcua ha diseñado varios tipos de módulos, incluidos los específicos para cocinas y baños. Los módulos, hechos de paneles de cemento con aislamiento, se fabrican en colaboración con la empresa mexicana Panel Rey. Dentro de los módulos, se pueden aplicar varios acabados, desde papel tapiz hasta revestimiento de madera contrachapada. En el exterior, el equipo suele utilizar madera.

Están en México y se construyen como si fueran un lego
Porche / Jaime Navarro

La empresa ha completado varios prototipos de casas, tres de los cuales están ubicados en una propiedad privada en Tepoztlán, a unos 70 kilómetros al sur de la Ciudad de México. Uno de los prototipos, denominado Casa Pablo, tiene un total de 450 m2 y consta de 28 módulos. Se utilizaron cuatro módulos para dormitorios, tres para baños y dos para cocina. El resto de módulos se destinaron a otros espacios interiores y terrazas cubiertas.

Los acabados interiores incluyen madera contrachapada y papel tapiz, junto con pisos de piedra volcánica negra y terrazo. El exterior está revestido de madera carbonizada, utilizando la antigua técnica japonesa de Shou Sugi Ban. El techo es de madera contrachapada, aislamiento, un material impermeabilizante y tejas de barro negro. La vivienda se construyó en seis meses, según el equipo.

Utiliza madera de diferentes tonalidades
Detalles exteriores / Jaime Navarro

También en la propiedad se encuentra la Casa Julio, con una selección de ocho módulos en dos niveles. En la planta baja se encuentra un módulo de cocina, uno de sala, uno de baño y uno de recámara. En la planta alta hay dos módulos de recámara, uno de baño y un módulo vacío que conforma la doble altura de la sala. El conjunto suma 150 metros cuadrados de construcción.

La Casa Japo tiene una superficie de 140 m2. Se trata de una construcción de una sola planta con seis módulos, uno de los cuales se ha destinado a recámara, otro a un estudio o recámara de visitas, otro sirve como sala, uno de cocina con altillo y dos módulos destinados a dos baños.