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Ejercicio físico y artritis reumatoide

La artritis reumatoide provoca la inflamación de las articulaciones. El tratamiento habitual emplea antiinflamatorios no esteroideos y ciertos fármacos, aunque existe otro aliado: el ejercicio físico, que ya se receta en las consultas como una prescripción médica, sobre todo para las personas que padecen enfermedades crónicas como alzheimer, diabetes, asma, patologías cardíacas, artritis, demencia o cáncer, porque está demostrada su eficacia para aliviar síntomas, remitir dolores, reforzar el organismo o mejorar el rendimiento de ciertos órganos.

Raquel Almodóvar, Dra. Especialista en Reumatología en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón, incide en la importancia de la práctica de actividad física, por ejemplo, para los pacientes de Artritis Reumatoide (AR), ya que “se presenta como un  pilar  fundamental  en  el  tratamiento de esta afección. “ Recomiendo principalmente el ejercicio aeróbico de bajo impacto (caminar, bicicleta, nadar…) y  de  fortalecimiento muscular” ya que tienen un efecto antiinflamatorio.

La contracción muscular segrega unas sustancias llamadas mioquinas  responsables de disminuir el dolor, la inflamaciony la fatiga, mejorando la flexibilidad, la fuerza muscular y la masa ósea. Y tras la práctica de la actividad deportiva es recomendable aplicar un ligero masaje sobre las articulaciones más afectadas por la AR. Para ello, lo ideal es utilizar cremas o geles con una composición natural efectiva, como Kyrocream Original que interviene de manera eficaz en los procesos de recuperación muscular, molestias y alivio de dolor.

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