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‘El silencio’ de Ingmar Bergman se sube a las tablas de los Teatros del Canal de la mano de los irlandeses Dead Centre

La compañía irlandesa Dead Center lleva el 21 y 22 de abril a los Teatros del Canal su interpretación del filme ‘El silencio’ de Ingmar Bergman.

Según recoge Teatros del Canal en un comunicado, en 1963, el director sueco estrenó esta obra, que aludía a la ausencia de Dios y que se trata de la tercera película de su denominada «Trilogía del silencio», compuesta, además, por ‘Como en un espejo’ y ‘Los comulgantes’.

La reinterpretación de Dead Centre, conocidos por su «excéntrica estética», se estrenó en noviembre de 2021 en Suecia y llega ahora a la capital como parte de una gira europea.

‘El silencio (Tystnaden)’ retrata la experiencia de dos hermanas y el hijo pequeño de una de ellas que, camino de Suecia, se ven atrapadas en Timoka, una ciudad de un país extranjero en la frontera de Europa que parece estar al borde de la guerra civil.

Paralelamente a este conflicto, se desata otro entre las dos hermanas en el hotel donde se alojan, mientras tratan de dar sentido a su entorno y a ellas mismas. Abandonado y solo, el niño deambula por los pasillos del hotel, donde se encuentra a otros invitados, como una extraña troupe de artistas.

Con la ayuda del vídeo en directo, que adopta el punto de vista del niño, el espectador contemplará simultáneamente lo que sucede en el propio escenario y en una pantalla. «El cine se mezcla con el teatro, lo extraño con lo reconocible de una forma impresionante», según el director artístico de Göteborgs Stadsteater, Pontus Stenshäll.

«Queríamos captar la atmósfera de desolación y soledad, el anhelo de comunicación de la película», ha explicado el director del espectáculo, Bush Moukarzel, quien ha añadido que buscaban que hablara al público contemporáneo, por lo que han traído la obra al contexto político actual.

Las hermanas aparecen como refugiadas que huyen de la barbarie y que tienen el privilegio de poder salir del país cuando lo desean, algo imposible para la población local. Para acentuar la sensación de extrañeza, de desubicación, Bergman ideó partes del diálogo en un lenguaje imaginario de aquella nación inventada, de manera que las partes habladas en ese lenguaje no serán subtituladas durante las representaciones.