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Flores comestibles, un negocio impulsado por la restauración

No todas las flores se pueden comer, pero las que sí, visten ensaladas, platos y dulces con colores y sabores intensos, una tendencia al alza en la restauración tras su reapertura después de los peores meses de la pandemia, como prueba el que se hayan disparado los pedidos a los productores españoles.

Violas o pensamientos mini, pétalos de rosas y flores de ajo, alhelí, jazmín o hinojo son algunos ejemplos de los ingredientes que estas navidades pueden distinguir una comida o cena y que además de aportar belleza al plato -bien frescas, cristalizadas, liofilizadas o deshidratadas-, pueden degustarse sin ningún problema.