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Inclán Brutal Bar: La resaca del verano se cura con un homenaje canalla culinario, divertido y muy suculento

Septiembre huele a vuelta a la rutina. Apertura de emails, despertadores y vuelta a empezar. Pero también huele —si sabes dónde buscar— a croquetas recién hechas, música canalla y tortilla de patatas con trufa. Propuestas innovadoras y divertidas. Y ese lugar se llama Inclán Brutal Bar.

En pleno corazón de Madrid, este restaurante-escenario le planta cara a la depresión postvacacional con una propuesta tan gamberra como deliciosa: un menú 100% “Made in Spain”, servido con la actitud irreverente de quien tiene claro que, gastronómicamente, no hay nada como lo nuestro con un toque único.

Un menú con acento y descaro

La carta homenajea los clásicos de la cocina mediterránea desde un enfoque compartido y descaradamente castizo. Por 40 euros por persona, te espera una selección tan sabrosa como divertida:

  • Croquetas de jamón ibérico hechas al momento (porque lo bueno se hace esperar)

  • Zamburiñas con kimchi, un guiño al paladar más atrevido

  • Tortilla de patatas Lays, con opción de trufa (y sí, suena loco, pero es adictiva)

  • Arroz señorito, para no mancharse las manos, pero sí el alma

  • Y una tarta de queso que tiene club de fans propio

Todo pensado para compartir, brindar y repetir.

“Folklore Brutal”: flamenco house, gastronomía y mucha actitud

Y si los martes te parecen aburridos, Inclán tiene otra sorpresa: “Folklore Brutal”, su cena-espectáculo que mezcla flamenco, flamenco house, performance y gastronomía con mucha personalidad. Un homenaje visceral a la cultura española donde lo tradicional se encuentra con lo contemporáneo, lo elegante con lo salvaje.

Es más que una cena. Es una experiencia. Una catarsis colectiva a golpe de taconeo, copa en mano y sabor a mar y montaña en el plato.

Más que un restaurante, un estado de ánimo

Inclán no es solo un lugar para comer bien. Es un espacio para sentir. Para decir adiós al verano como se merece: con fiesta, con folklore, con alma y con un punto de provocación.