La ruta del dulce: 5 sabrosos postres que quizá no conozcas

Con las rutas gastronómicas conseguimos varios objetivos: hacer una escapada antiestrés con nuestra familia o amigos y alegrar la vista, el olfato, pero sobre todo, el sentido del gusto. Para las próximas fechas tenemos para ti un tour de lo más azucarado: una ruta gastronómica de dulces y postres que quizá no conozcas.

Ante una ruta tan dulce como ésta es muy importante que te prepares para degustar auténticos manjares y, por encima de todo, ¡que no le digas nada a tu dentista!

1. Casadielles asturianas

Casadielles asturianas

Estos típicos dulces asturianos son un canuto de hojaldre, de unos 15 centímetros y cerrado por los extremos para que no se salga su relleno de nueces, azúcar y anís. Dependiendo de la zona de Asturias en la que te encuentres, verás casadielles a las que se les ha sustituido el anís por vino blanco o las nueces por avellanas. También distinguirás entre casadielles de masa, que se hacen fritas, de otras de hojaldre, que se cocinan al horno.

El origen de su nombre es confuso, pero la teoría más afianzada es la que dice que proviene de la deformación de “cosadielles”, unos acertijos del tipo “¿qué cosita es…?”. Con el tiempo ha pasado de ser un dulce para festividades como Navidad o Carnaval, a un postre que podrás encontrar en cualquier pastelería asturiana durante todos los meses del año.

2. Piononos de Granada

Piononos de Granada

Realmente llamados «Piononos de Santa Fe», porque se elaboran en la pequeña localidad de Santa Fe, pero más conocidos como «Piononos» a secas. Si pasas por Granada no te pierdas este pequeño pastel compuesto por una lámina de bizcochoenrollada y después coronada por crema tostada. Además, la lámina va empapada en dulce y el pionono al final se espolvorea con canela. Una delicia que se recomienda comer en 2 bocados.

El origen de la receta se dice que proviene de la tradición árabe granadina, aunque el origen del nombre tiene que ver con un Papa. En 1897 un pastelero de Santa Fe, muy devoto de la Virgen de las Angustias, la patrona de Granada, quería rendir un tributo al Papa que había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción de María y este era el Papa Pío IX, o Pío Nono.

3. Goxua de Álava

Goxua de Álava

La palabra «goxua» en euskera significa «dulce» o «rico» por lo que no debería sorprendernos el sabor de este postre vasco, suave al paladar y de presentación muy vistosa, típico de Álava.

Se presenta en 3 capas claramente diferenciadas: una base de nata montada, una capa de bizcocho y otra capa de crema pastelera que se carameliza con un soplete. En seguida notarás su parecido con la crema catalana, de hecho su creador reconoce que se inspiró en este típico postre catalán.

Totalmente recomendado intentar concentrar las 3 capas en cada cucharada que probemos.

4. Fardelejos de La Rioja

Fardelejos de La Rioja

Este dulce de origen árabe se compone de una empanadilla de hojaldre muy fino, frita y rellena de un mazapán, pero mucho más liviano que el mazapán tradicional al ser de almendra molida.

Los más famosos son los de Arnedo, pueblo de La Rioja en el que llevan más de 10 siglos produciéndolos. Aunque en muchos lugares sólo se consumen en Navidad, en Arnedo podrás encontrarlos todo el año.

No dudes en visitar La Rioja y volver con algo más que vino en la maleta.

5. Frixuelos de Asturias, León y Cantabria

Frixuelos de Asturias, León y Cantabria

Junto con las casadielles, los Frixuelos son los dulces más conocidos de Asturias, pero también son comunes en León y Cantabria. Se trata de un tipo de oblea (hoja muy delgada de harina, agua y azúcar) que se elabora con distintos tipos de harina: trigo, maíz, centeno, etc, dependiendo del tipo de grano que se cultive en cada zona. Son un postre típico del Antroxu (carnaval) en Asturias y tienen mucho parecido a las filloas gallegas o los crepes franceses, pero con un estilo y personalidad propios.

Se puede tomar como postre, merienda o desayuno y su relleno es a gusto del consumidor aunque lo más típico es crema de chocolate, helado, dulce de leche, nata, crema de castaña, etc. La forma más tradicional es sólo con azúcar blanco, sin ningún relleno, también la forma más típica de comerlo implica enrollarlos y comerlos con la mano, ¡como si fuésemos niños!.