La tienda inteligente

Si hoy en día hay cajas automatizadas (sin personal) en casi todos los supermercados, lo del súper inteligente, sin más presencia humana que la del cliente, casi era cuestión de tiempo, máxime en esta época vertiginosa en la que todo parece suceder de forma muy rápida.

El pasado mes de julio desembarcaba en el centro comercial madrileño Moraleja Green un habitáculo poco convencional: se trata de un contenedor de 15 m2, abierto las 24 horas, en el que no hay personal para atenderte y al que se accede a través del móvil. Dentro, todo tipo de productos de la denominada “compra de conveniencia”: alimentación, cosmética, productos de impulso, gadgets electrónicos.

De momento no tienen productos frescos, pero podrían ofrecerlos sin problemas ya que la tienda dispone de una zona refrigerada: “Podrá haber frescos sobre todo pensando en ciertos emplazamientos, como puede ser un parque empresarial en el que, por ejemplo, los platos preparados para llevar tienen que estar más presentes que en otros sitios”, explica Víctor Manuel de Haro, uno de los fundadores de la empresa Ghop. Y es que el contenedor, que en todas partes tendrá la misma estructura y superficie, adaptará su oferta de productos al emplazamiento donde se encuentre, pero de momento en su interior hay snacks, bebidas, yogures, leche, dentífrico o desodorante, por citar solo algunos.

Este supermercado inteligente llega a nuestro país de la mano de Ghop, iniciativa capitaneada por los hermanos Juan Miguel y Víctor Manuel de Haro y Lino Monteagudo. El primero de estas tiendas ha estado localizado en el norte de Madrid, a modo de pop up, pero a partir de septiembre llevan intención de colocarlo en otras localizaciones: gasolineras, parques empresariales, campus universitarios… “La previsión es contar con 8 supermercados entre septiembre y finales de año, casi con seguridad todos en Madrid. Para 2022, crecer por todo el territorio y cerrar el año con 40 tiendas”, afirma.

¿Cómo es la experiencia de comprar en este establecimiento? Por supuesto, el móvil es imprescindible porque sin él, no se puede acceder al habitáculo: “La primera vez que se compra hay que hacer un pequeño registro a través de un código QR que hay en la puerta y ya podría entrar. Cuando el cliente ya tiene el surtido que desea, se va a la zona de pago. Allí hay un cajón que identifica qué productos porta  el usuario sin necesidad de escanear ningún código de barras. A la salida se comprueba que todo lo que el cliente lleva ha sido pagado o que no lleva nada. Se abre la puerta y puede salir”, explica el emprendedor. Aunque el establecimiento dispone de reconocimiento automático de productos en la caja de pago, también dispone de un asistente en remoto en caso de que haya cualquier duda o problema. Todas las operaciones y recursos de la tienda están automatizados.

En estas semanas que han probado la experiencia, han acudido al local sobre todo público joven y familias.

Aunque el formato puede resultar novedoso en España no lo es en otros países. De hecho, Amazon por ejemplo, lanzó Amazon Go en Asia y en Estados Unidos, que también desembarcó en Europa, en Londres para más señas.

El contenedor es de fabricación española, así como la aplicación que permite el acceso a la tienda y el pago: “Todo lo que hay en la tienda es de producción española, el habitáculo ha sido construido en Getafe”, detalla. Como curiosidad, el habitáculo es de acero y cuenta con un aislante puntero, el mismo que llevan los aviones, para que la temperatura interior siempre sea la correcta.

Ghop vende la construcción “Totalmente equipada al cliente. Nuestro cliente, dueño de estaciones de servicio, campus universitario, residencia de estudiantes…) adquiere la tienda y le cobramos además una cuota mensual por servicios que garantizan que la tienda funcione perfectamente cada día: ayuda y soporte, mantenimiento tecnológico, gestión de pedidos… El precio del habitáculo está entre 40.000 y 50.000 euros”, finaliza.

Según un estudio de Aecoc Shopperview, 4 de cada 10 consumidores compran en tiendas de conveniencia, que van ganando peso, parece ser, en la tarta de los canales de venta. Una alternativa más, en definitiva, idónea para todos aquellos que no quieran darle conversación a la cajera o cajero.