La era poscovid desató un ferviente interés por trasladarse a vivir a Los Hamptons entre los más ricos y acaudalados de Nueva York. La pandemia castigó profundamente a toda la ciudad, con miles de fallecidos, serias restricciones de movilidad, cierre de empresas, entre otras cosas. La población media huyó a las afueras, o incluso hasta Florida, pero los millonarios decidieron cambiar sus apartamentos y casas de lujo por una de las mansiones en la famosa zona de alto ‘standing’ de la costa este estadounidense.
“Las cosas se han ralentizado. Todavía hay mucha actividad, pero la gente no dispara ofertas como lo hacía hace unos meses”, afirma Paul Brennan, un agente de la inmobiliaria Douglas Elliman. Y es que las cifras de mayo han destacado por una caída de casi un 40% en mayo en los contratos firmados de viviendas unifamiliares, según la agencia. Mientras, va creciendo la oferta en el mercado, lo que está haciendo que las primeras mansiones de la zona estén empezando a rebajar sus pretensiones iniciales.
Un mercado de segundas residencias para ricos
“El mercado está en transición”, comenta Jonathan Miller, presidente y director ejecutivo de la tasadora Miller Samuel. “Lo que está sucediendo en Los Hamptons parece estar sucediendo en todo el país”. Aunque también afirma que frente a la mayoría de mercados de EEUU, el inmobiliario en los Hamptons está enfocado a las segundas residencias que compran y venden algunas de las personas más ricas del mundo.
“El mercado aquí es un poco diferente al del resto del país”, agrega Martha Gundersen, agente en Douglas Elliman. “Muchas compras no dependen de las hipotecas, y los compradores siempre pueden obtener financiación privada”. Pero, otros profesionales de la zona afirman que los compradores más adinerados non han dudado en pedir préstamos, después de encontrar tipos al 2%, pero que ahora ya han aumentado hasta el 5%.
El fin de las hipotecas baratas también está afectando a los hábitos de consumo de aquellos que menos lo necesitan. “Creo que ocurre en todos los niveles de precios”, destaca Gary DePersia, agende de Corcoran. “Prefieren buscar financiación. No quieren sacar el dinero de donde lo tienen para comprar una casa. Pero no se trata tanto de los tipos de interés como de la sensación general de bienestar para hacer frente a la compra de una segunda residencia que puede más cara que la vivienda principal”, agrega.
Bajada de los precios y subida de operaciones tras el verano
Las previsiones de las agencias inmobiliarias de la zona es que el mercado podría caer aún más antes de que se estabilice, ya que los vendedores aún tienen que reconocer la nueva realidad. El stock va a crecer, ya en mayo se registró un incremento del 14% en la oferta de casas en el mercado. “Habrá más casas en el mercado y, a medida que haya más, los vendedores tendrán que aceptar una concesión en el precio”, destaca Brennan.
Pero no todos son negativos, y piensan que la demanda sigue ahí, ya que hay un efecto estacional al final de la primavera y comienzo del verano. “La mayoría de compradores que buscan comprar una casa ya lo han hecho, porque comprar ahora supone que no la tengan antes de que termine el verano. Así que la gran motivación para comprar y aprovechar el verano aquí no cuenta en estas fechas”, afirma DePersia. “Cuando llegue agosto, las cosas se acelerarán de nuevo».
Otro de los miedos que desvanecen rápidamente los agentes inmobiliarios es el riesgo de una crisis bancaria. “No estamos como en 2008, por lo que aún tendremos un mercado inmobiliario saludable, solo que no tan loco como en los últimos años», destaca Gundersen, que agrega que Los Hamptons siempre tiene su mercado. “Muchos compradores están esperando el otoño para comprar«.
