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Las mejores rutas del vino para una escapada enoturística en otoño

Siempre hemos asociado el vino con el relax y con una cena tranquila con nuestra familia o amigos, ¿verdad?. También podemos empezar a asociarlo con el turismo rural y así transformarlo en escapadas de enoturismo.

Rétate a conocer un poco más sobre la cultura del vino poniendo a prueba tus sentidos del gusto y del olfato. Cada una de las rutas que te presentamos ofrecen tradiciones, paisajes y aspectos culturales característicos y singulares que derivan en una personalidad propia. ¡Prepárate para descubrir todos estos matices a golpe de buenos vinos!

1. Ruta del vino Penedés

Ruta del vino Penedés
Las horas de sol y la influencia del Mediterráneo hacen del Penedés un territorio amplio (ocupa parte de las provincias de Barcelona y Tarragona) y abierto, además de privilegiado para el cultivo de la viña.

En la región predomina la producción del que muchos consideran el mejor cava del mundo, pero también son muy famosos los vinos blancos de la zona. Se trata de vinos aromáticos, de poco cuerpo y por tanto muy ligeros, pero de una calidad excelente.

Actualmente la mayoría de bodegas usan barricas de roble, pero todavía existen algunos elaboradores que se resisten a abandonar el sabor que otorgan las barricas de castaño y acacia.

2. Ruta del vino de la Rioja Alta

Ruta del Vino de la Rioja Alta
Esta ruta tiene el vino tinto como bandera y a la localidad de Haro como su «capital». Se trata de un pueblo que conserva parte de su encanto medieval al igual que otras localidades cercanas, como Briones.

Esta zona de la Rioja Alta concibe el vino no sólo como un producto sino como un estandarte social y cultural, lo que se puede observar en sus fiestas y tradiciones, que giran en torno a este caldo.

Es muy importante elegir bien la época del año en la que vas a visitar la zona. El otoño y la primavera son los periodos en los que más disfrutarás de los paisajes que te ofrece la ruta del vino de la Rioja Alta.

3. Ruta del vinho verde

Ruta del Vinho Verde
El vino verde, único en el mundo, es un excelente motivo para descubrir la región noroeste de Portugal. Ante ti tendrás 34.000 hectáreas de fértil y rica tierra, en una zona que tradicionalmente se ha conocido como ‘entre Douro-e-Minho‘. Es un paisaje con un predominante color verde y su «capital» es Ponte de Lima, cuyas montañas y valles han creado un vergel de viñedos.

Ya elijas un vino blanco o un tinto, comprobarás que es un vino muy ligero, especialmente aromático, que se bebe fresco y que acompañará perfectamente tus pescados o mariscos.

4. Ruta del vino de las Rías Baixas

Ruta del vino de Rías Baixas
Las Rías Baixas componen una zona marcada por un mosaico de tonalidades azules y verdes. Tierras de temperaturas suaves, con carácter atlántico y frondosa vegetación donde se ha construido una gran tradición vitivinícola.

Estas 3.600 hectáreas del suroeste de Galicia han hecho del Albariño su mejor carta de presentación. Aunque no está del todo claro, se dice que el Albariño llegó a estas tierras en el s. XII pero en ninguna otra zona del planeta ha alcanzado la calidad que tiene el de las Rías Baixas.

La combinación de este gran vino con la gastronomía de la zona (no solo el famosísimo marisco, sino quesos, hortalizas, frutas…) llevarán a tu paladar a una nueva fase de sabor.

5. Ruta del vino de Jerez

Ruta del vino de Jerez
El vino de Jerez, el internacional sherry, es uno de los productos españoles más reconocidos en el mundo. Como no podía ser de otra manera, Jerez de la Frontera es la capital de esta Denominación de Origen. La ciudad consigue aunar entre sus calles tablaos flamencos, espectáculos ecuestres, monumentos de diferentes culturas y religiones, y por supuesto bodegas productoras de sherry.

Las bodegas jerezanas, ya sea por luz tenue, por su majestuosidad o por su peculiar arquitectura, se han convertido en verdaderos santuarios en los que se rinde culto al tiempo.

La ruta se extiende por varias zonas de Cádiz y tiene una arraigada tradición vinícolaque engloba desde los caldos más secos como el Fino, a otros generosos de licor como el Manzanilla o dulces naturales como el Moscatel.