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Las obras de Francesca Thyssen «asaltan» la colección permamente del museo

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha inugurado la exposición ‘Encuentros: obras de la colección TBA21’ con la que la hija del barón Thyssen, Francesca, «asalta la ciudadela» de la colección permanente de la pinacoteca con piezas contemporáneas de artistas como Ai Weiwei o Cindy Sherman.

«Una vez hemos tenido exposiciones temporales y depósitos de TBA21 quedaba el asalto a la ciudadela», ha comentado el director artístico del Thyssen, Guillermo Solana, quien ha reconocido durante la presentación que «no siempre ha sido una relación sencilla» entre la pinacoteca y Francesca Thyssen.

«Han sido muchos años para que Francesca encontrara un hueco en la programación y ese esfuerzo dilatado encontró un punto de esperanza cuando en el año 2017 el ministro de Cultura de entonces, Íñigo Méndez de Vigo, dio la autorización para que ese encuentro se produjera», ha añadido.

Desde entonces, con la llegada de la primera exposición de TBA en una sala del museo, se han programado otras exposiciones en salas aproximadamente dos veces al año y ha habido depósitos de obras, especialmente de artistas del expresionismo alemán, por parte de la hija del barón.

«Ahora solo quedaba el último fortín y se ha conseguido, pese a la resistencia tradicional a hacer exposiciones de arte contemporáneo en el espacio de la colección permanente. Se supera la última frontera que había entre nosotros y seguro que Heini Thyssen estaría muy contento de ver revivificadas sus salas de la colección», ha destacado.

La muestra ocupará las salas 30 a 52 de la colección permanente y, bajo el título de ‘Encuentros’ –«siempre que los museos introducen obras de arte contemporáneo hablan de diálogo, pero no hay tales porque las piezas no se dicen absolutamente nada entre ellas», ha razonado Solana– juntará más de 25 obras de la colección TBA21: de Sarah Lucas a Regina de Miguel, pasando por Álvaro Urbano o Andrea Fraser. La exposición está comisariada por la jefa de conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen, Paloma Alarcó.

«Es algo muy impactante ser invitada por el museo a este experimento. Estar aquí, junto a las obras de mi padre, que yo siempre he admirado muchísimo, es un momento muy emotivo», ha explicado una emocionada Francesca Thyssen, que ha parado en dos ocasiones su discurso por las lágrimas.

AUSENCIA DE AUTORES CONTEMPORÁNEOS

La hija del barón Thyssen ha reconocido que la colección permanente «siempre ha sido un poco sagrada» para el museo, especialmente por las indicaciones que dejó su padre. «Pero creo que le hubiera gustado esto y la parte importante es pensar que él sería feliz, porque tenía mucho interés en el arte contemporáneo. Es un salto muy valiente del museo», ha destacado.

De hecho, el propio Solana ha explicado a un grupo de periodistas que a su llegada al museo, había «arte vivo y contemporáneo» de autores todavía vivos como Freud o Lichtenstein, que posteriormente fallecieron. «Cada vez hay menos de estos artistas vivos en el museo y para nuevos enfoques que queremos introducir son más pertinentes este tipo de obras», ha indicado.

CESIÓN DE DOS ‘RODIN’

Francesca Thyssen ha aprovechado la comparecencia para hacer dos anuncios relativos a su relación con el museo. Por un lado, ha afirmado que cederá al museo dos ‘Rodin’ heredados de su padre y que estaban en la cripta del barón en el castillo de Landsberg.

Por el otro, ha dejado la puerta abierta a una cesión gratuita de parte de su colección al museo. «Mis intenciones a largo plazo si esta exposición va bien y en el futuro hay un voto de confianza del Ministerio de Cultura y la dirección del museo, tengo la esperanza de que obras de la colección TBA21 sean del Thyssen y gratis», ha concluido.