,

Las obras de mujeres artistas en ARCO

Las obras de mujeres artistas en ARCO ya cuentan con compradores un día después de la apertura de puertas de la feria, tal y como ha comprobado Europa Press, si bien los precios de estas piezas aún quedan lejos de otras que suelen marcar el récord –3,7 millones de euros este año una pieza de Chillida–.

En galerías habituales con obra de artistas bien pagados en el mercado, como es el caso de Leandro Navarro o Guillermo de Osma, apenas hay presencia de obra realizada por mujeres –si bien esto responde a que cuentan con más artistas de principios del siglo XX, donde aún no había esa consolidación–.

Por ejemplo, en Leandro Navarro una composición cubista de María Blanchard se encuentra por 220.000 euros, marcando el ‘tope’ de piezas más caras en cuanto a mujeres artistas. La propia Juana de Aizpuru, acostumbrada a traer obras de mujeres, reconoce esa diferencia de precios.

«Nosotros hemos vendido ya bastante obra y de mujeres, pero la gente en general no quiere pagar más de 100.000 euros», ha comentado a Europa Press tras detallar algunas de sus ventas de mujeres artistas. Cuadros de Ann Kristin Hamm, Shirley Villavicencio –una de sus «apuestas» en esta edición– o Alicia Framis, todos ellos ya vendidos por un precio de entre 20.000 y 15.000 euros.

La propia galerista destaca la «extrañeza» de no haber vendido todavía por ejemplo fotografías de la reconocida Cristina García Rodero, que cuelgan en la parte exterior del stand y que tienen un precio de 8.000 euros –«bastante asequible», matiza–.

«Represento a muchas mujeres y no soy muy severo con esto de elegir a unos u otros autores. De momento, estamos cumpliendo con las previsiones de venta, porque hay mucha gente que quiere comprar y también quiere comprar la obra de estas mujeres», ha destacado.

En la galería Luis Adelantado hay dos destacadas piezas de Carmen Calvo, Premio Nacional de Artes Plásticas de 2015, que varían de precio, aunque sin superar los 25.000 euros: por un lado, ‘No tengo nada que hacer ni que pensar’, por 23.000 euros’, y por el otro ‘Mi madre’, de 17.000 euros.

Parte de las miradas de estos primeros días de la feria han ido dirigidas al stand de Espacio Mínimo, debido a la instalación de la artista Diana Larrea, que cuestiona –imitando el modelo de museo tradicional– el legado de mujeres artistas en los últimos siglos atribuido a hombres. El precio de esta obra es de 8.000 euros por cada cuadro, aunque también está la posibilidad de adquirir la instalación completa por 72.000 euros.

En AND se encuentra una de las obras que ya ha recibido un premio de la feria, ‘La rabbia di Proserpina’ de la peruana María María Acha-Kutscher, pero que aún está a la espera de comprador. Se trata de una pieza que muestra distintos retratos bíblicos y que tiene un precio de 1.200 euros por cada cuadro separado y de 7.000 euros en total.

Helga de Alvear es otra de las galeristas que habitualmente cuenta con artistas mujeres, aunque la propia galerista ha explicado a Europa Press que no cree en políticas de género en el arte. «Estoy en contra de eso, el arte es arte y a mí me da exactamente igual el género de quien lo haga. Son tonterías, que dejen a la gente en paz», ha lamentado. En su espacio hay una obra aún a la venta de Ángela de la Cruz, ‘Loop ‘s», por 50.000 euros.

SIN ESPACIO EXCLUSIVO

ARCOMadrid ha estado marcado en esta edición por una revisión de la presencia de mujeres artistas en la feria, precisamente el año en el que la directora de este encuentro, Maribel López, anunció que no se iba a contar con un espacio dedicado únicamente a las mujeres.

López ya explicó en una entrevista con Europa Press al respecto que la feria «puede enviar mensajes» al resto de galerías sobre los contenidos, pero «no dirigir o mandar en ellos». Además, apuntaba a que la revalorización de las obras de artistas mujeres sería complicado.

«Si todos los agentes están convencidos, el mercado responde y ahora hay mucho más interés por las mujeres artistas. Pero cambiar el valor de una obra que tradicionalmente ha tenido otro, es más complicado, porque se basa en un interés y demanda», destacó.