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Latigazo, nuevo imprescindible gastro de Madrid con sabor a Perú

Desde hace poco está abierto en la calle Ayala 87, tras pasar por Chueca, el “espectáculo” de comida de Latigazo, un lugar donde experimentar la intensidad de la cocina fusión japo-peruana.

Una propuesta que deja muy buen sabor de boca y donde se podrá disfrutar de la cocina nikkei de lunes a domingo.

El chef, propone desde ceviche Limeño (corvina, leche de tigre, ají limo, aceite de albahaca, maíz cancha, choclo, puré de boniato y brotes de cilantro); pasando por el ceviche Kiro (corvina, leche de tigre, ají amarillo ahumado, oreja de buda, chipirón crocante, puré de boniato, cancha, choclo y brotes de cilantro) hasta el ceviche Tsurai (corvina, gambas, chipirón, leche de tigre de rocoto y miso, togarashi, choclo, zarandaja y brotes de rábano picante). Para los apasionados de las sorpresas también destacan el Kaen (solomillo de ternera, salsa oriental, Shitakes y pack choy al wok, patata amarilla, arroz con choclo y brotes de cilantro); el Gohan Nikkei (cerdo crocante, arroz jazmín, germinado de soja, berenjena china y tirabeques al wok, plátano frito, brotes soja y char siu de maracuyá) o el Ahiru (magret de pato confitado en yakiniku, ají panca, huacatay, chicha de jora, arroz, loche, cilantro, ají amarillo, leche de tigre, chalaquita de pepino y brotes).

Y para los amantes del sushi sobresalen el Roll Makimono, una fusión con base japonesa acompañado de toques peruanos. Una preparación que combina lo tradicional del arroz sushi con el langostino y una lámina de solomillo, acompañado de una salsa tradicional en la cocina de peruana, es la “salsa anticuchera” hecha a base de “ají panca” que es un chile originario de Perú, y también, de una mayonesa de ají amarillo peruano y pasta de sésamo.

Todo pensado para sorprender y con buen gusto. La atención es sobresaliente. Cada plato es explicado para que el comensal disfrute y sepa lo que come y las propuestas son originales y con sabor excepcional. “Si hacemos las cosas, las hacemos bien”, comenta el chef. Así, nos describe que aunque tenga que dedicar más tiempo, cada plato tiene que salir perfecto en este pequeño local de la calle Ayala.

Y para “regar” y acompañar la experiencia no podía faltar su carta líquida y de coctelería, hecho con base de pisco, destilado peruano de referencia mundial.

En definitiva, una propuesta de altura para gozar de Perú sin salir de Madrid a través de sus sabores.