Madrid se rindió anoche ante una estrella que no entiende de medias tintas. STARLITE Madrid acogió el único concierto de Ricky Martin en España en 2025, y lo hizo como solo ocurren las noches irrepetibles: con todo vendido, emoción a flor de piel y la sensación de estar viviendo algo único.
El artista puertorriqueño eligió la capital para conquistar esta edición madrileña del festival con un esperadísimo regreso que no defraudó.
El «telón» se alzó con los primeros acordes de “Pégate”, un inicio directo, festivo y poderoso. Ricky Martin apareció entregado desde el primer segundo, dejándose el alma y marcando el pulso de una noche que ya no bajaría la intensidad. El Auditorio, completamente lleno, respondió de inmediato: palmas, baile y una conexión total entre artista y público.
Con una puesta en escena vibrante y cuidada, su energía constante que parecía inagotable, Ricky desplegó un repertorio que fue viajando entre el desenfreno y la emoción. Desde sus himnos bailables como “María” y que hicieron levantarse a todo el público, mientras las baladas regalaron momentos de pausa y piel de gallina.
Pero si hubo un instante que definió la noche, fue cuando Ricky Martin se abrió en canal ante su público. Visiblemente emocionado, compartió un mensaje honesto y poderoso, tras informar que había pasado últimamente por momentos de mucha ansiedad:
“Para mí lo más importante es que mi música es mi medicina. Vuestro aplauso es mi medicina. Su energía es mi alimento para estar aquí una y otra vez”, confesó, tras reconocer que había sido una semana difícil. “Hay muchas altas y bajas, pero estoy subiendo y con mucha fuerza. Madrid me da mucho amor. Gracias de todo corazón, por tantos años, unidos de la mano. Esta noche dejo mi alma en el escenario”. Y así fue.
El tramo final llegó con uno de los himnos que cambiaron la historia del pop latino: “Livin’ la Vida Loca”. Un cierre apoteósico, coreado de principio a fin, que recordó por qué Ricky Martin no es solo un artista, sino un icono global que sigue reinventándose sin perder su esencia.
Convertido ya en uno de los eventos de ocio más importantes de la capital durante la Navidad, STARLITE Madrid reunió a numerosas personalidades del mundo del cine, la moda y la cultura. Entre los asistentes destacó Edgar Ramírez, actor venezolano y compañero de Ricky Martin en American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace. También se dejaron ver Martiño Rivas, Esther Cañadas, Juan Betancourt y Lola Riva, Gema López, Pelayo Díaz, entre muchos otros.
La noche no terminó con el último aplauso. Tras el concierto, la música se trasladó al espacio Sessions, donde se celebró el cumpleaños de Fonsi Nieto. El expiloto se puso a los mandos de la cabina como DJ, alargando la experiencia en un after party vibrante, rodeado de amigos y rostros conocidos.
Hasta el 23 de diciembre, STARLITE Madrid seguirá iluminando la capital con su propuesta más ambiciosa: conciertos inolvidables, gastronomía, mercadillo navideño y after parties que convierten cada noche en una celebración. Próximamente, el público podrá soñar con Disney in Concert: The Sound of Magic, junto a la Orquesta Sinfónica Contemporánea de España dirigida por Juan Antonio Simarro, además de citas muy esperadas como Manuel Carrasco o India Martínez.
Anoche, Madrid no solo escuchó a Ricky Martin. Lo sintió. Y cuando eso ocurre, la música deja de ser un espectáculo para convertirse en medicina.
