Con vistas a un lago en las afueras de Helsinki se encuentra una curiosa vivienda en la que el protagonismo lo poseen las líneas rectas. Se trata de una construcción con más de medio siglo de antigüedad y que es el fiel reflejo de una época en la que la arquitectura llega a prescindir de casi cualquier ornamento.
Diseñada en 1958 por el renombrado arquitecto finlandés Aarne Ervi, uno de los principales representantes de la arquitectura moderna en Finlandia, conocido por su enfoque funcionalista, en el que la forma sigue a la función y se basa en la utilización de materiales económicos y duraderos, como el acero y el hormigón, Villa Koivikko representó una visión audaz para el futuro cuando se construyó a finales de los años 60. Sin embargo, el paso del tiempo y el duro clima finlandés, hicieron mella en las estructuras experimentales de hormigón y madera.
Una situación que perduró hasta 2013, cuando un nuevo propietario compró la casa. Para rescatarla del deterioro en el que se había sumido, y con el objetivo de darle una nueva vida, se puso en contacto con el Studio Petra Majantie y OOPEAA. El resultado, como podemos ver en las imágenes, ha sido notable, con una restauración en profundidad y la adición de nuevos edificios: una cochera independiente, una nueva sauna construida en lugar de la anterior y un despacho construido sobre una antigua bodega de piedra.
La cochera y el despacho están revestidos con tejas alquitranadas tradicionales, mientras que la sauna está construida con troncos de abeto, y cada uno ha sido diseñado por OOPEAA, Los nuevos edificios tienen conchas negras y una forma escultórica, por lo que se mezclan con el entorno. También era importante que la composición de las formas construidas en el sitio junto al lago mantuviera la intención original de Ervi de dejar la vista abierta al lago, con un nuevo muelle de madera que conduce al lago para nadar.
Durante mucho tiempo se ha protegido el exterior de la casa principal y se ha prestado especial atención a su restauración. Esto incluyó la reconstrucción de las barandas de la terraza, las losas de hormigón blanco de la terraza y el área de entrada, el reemplazo del techo de cobre y los detalles de teca. Para hacer frente mejor al clima, se agregó aislamiento térmico en el techo y el piso y se instalaron ventanas con calefacción eléctrica.
El interior, sin embargo, no estaba sujeto a las mismas restricciones. Como resultado, ciertos elementos, incluidos muebles y carpintería de teca incorporados, muebles, lámparas originales y una chimenea de mosaico azul en la sala de estar, se restauraron, mientras que otros elementos se reinventaron por completo de una manera que se inspira en el diseño existente. lenguaje, sin embargo, lo adapta a las necesidades del mundo de hoy.
En la sala de estar, el piso de parquet de abedul, que había reemplazado al piso de linóleo original en obras anteriores, se reemplazó con un piso de madera en espiga, mientras que la cocina es una combinación de gabinetes originales y nuevos para acomodar muebles modernos y electrodomésticos. Los baños, que habían sido renovados por última vez en la década de 1990, se renovaron por completo, con suntuosas baldosas grises inspiradas en el formato de las baldosas de la chimenea y en el color de las columnas estructurales de la sala de estar. Los grifos en cobre cepillado y una paleta apagada de gris, blanco y madera completan la visión.
También era de suma importancia crear un ambiente interior cómodo que pudiera hacer frente a los cambios drásticos de temperatura entre los meses de verano e invierno. Junto a las ventanas con calefacción eléctrica, se instaló un innovador sistema de suelo radiante que calienta en invierno y enfría en verano, mientras que un sistema de refrigeración basado en ventiladores está oculto debajo de la cama en la suite principal. Asimismo, se instaló un nuevo sistema de calefacción geotérmica en la casa del cuidador.
