Unas acogedoras minicasas prefabricadas pensadas para el turismo rural

La innovación no solo consiste en crear cosas nuevas, sino que también puede ser darle nuevos usos a elementos, materiales o diseños que, en origen, servían para otras cosas. Esta es la filosofía que ha seguido Inverlonan, una finca escocesa que tiene por objetivo atraer un turismo que quiera conocer el mundo rural sin la necesidad de tener que renunciar a muchas de las comodidades de las que hoy nos acompañan en nuestro día a día.

Recién inaugurada, ofrece dos cabañas prefabricadas que combinan a la perfección diseño y comodidades rústicas, inspiradas en las típicas construcciones rurales escocesas llamadas ‘bothies’. El retiro con todo incluido está situado a orillas del remoto Loch Nell, a algo más de un par de horas en coche al noroeste de Glasgow.

Las ‘bothies’ originales tenían la función de albergar a pastores y trabajadores agrícolas en tiempos de inclemencias del tiempo, que son bastante frecuentes en esta parte del mundo. Más recientemente, en los últimos años, muchos de ellos se han añadido a la red de refugios abiertos para excursionistas, senderistas y viajeros que se atreven a aventurarse a algunos de los parajes más remotos de Reino Unido. Al igual que sus contrapartes históricas, las ‘bothies’ de Inverlonan están completamente fuera de la red, pero ofrecen suficientes comodidades modernas para ofrecer una estancia lujosa.

El diseño de las nuevas cabañas instaladas en Inverlonan ha sido obra del estudio de casas prefabricadas con sede en el Reino Unido Bothy Stores, llamado así por el término gaélico Uisge Beatha (Oosh-Ka Bay-Ah), que se traduce como «el agua de la vida». “Nos hemos asegurado de que la estructura única de cada uno de los dos se conecte con la naturaleza circundante, haciéndolos tan sorprendentes como sensibles al entorno en el que se encuentran. Íntimo, atento, cálido y únicamente escocés”, explican.

Las dos cabañas turísticas están construidas en estilos similares, pero manteniendo el carácter individual. Una de ellas, la Uisge Bothy, se asienta entre las colinas con vistas a Loch Nell. La estructura está revestida de acero corten de color cobre y un revestimiento de madera. La otra, llamada Beatha Bothy, está cubierta con paneles de estaño negro.

El «lujo en bruto» impulsa el diseño interior de cada uno de los dos, y ambos cuentan con una mezcla de muebles y decoración de fabricación local. Los sencillos techos a dos aguas, los tragaluces y las ventanas del piso al techo abren los modestos espacios de estar, que incluyen una cama ‘king size’, una estufa de leña, sofás de estilo escandinavo, muebles rústicos de madera y algunos tapices de pared selectos.

En el exterior, cada una de las cabañas cuenta con su propia terraza privada, brasero abierto, horno de leña para pizzas al aire libre, baño ecológico y ducha al aire libre.

Para garantizar la tranquilidad, las cabañas resultan accesibles solo a pie, en barco o en buggy. Y esa es la base sobre la que se construye la experiencia de Inverlonan, especialmente diseñada para sumergir a los visitantes en la tranquilidad del paisaje escocés.