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Unas cápsulas prefabricadas de lujo y con diseño futurista en plena Antártida

4.000 personas en verano y 1.000 en invierno. Estas son las cantidades de personas que viven en esa región lejana y fría llamada Antártida, compartiendo el espacio eso sí, con alrededor de seis millones de pingüinos. Aunque casi la totalidad de estas personas están allí en bases como parte de alguna de las expediciones científicas que de forma temporal o permanente se dedican a estudiar aquella zona, cada vez se abren más las posibilidades de acudir allí como turista. Y en este objetivo está trabajando la compañía de viajes de lujo White Desert. En este plan juega un papel fundamental el lanzamiento de Echo, su último retiro ecológico que brinda a los visitantes acceso a los interiores raramente vistos de la Antártida.

La idea inicial consiste en habilitar hasta seis alojamientos para crear un campamento con cabinas prefabricadas, llamadas Sky Pod, con forma de burbuja diseñadas por Skulpod que se inspiran en los módulos espaciales, y se caracterizan por ser livianos, resistentes al clima e incluyen ventanas del piso al techo que brindan unas fabulosas vistas sobre la nieve, el hielo y las escarpadas formaciones rocosas de la Antártida.

“Inspirado en la era seminal de la exploración espacial, Echo se encuentra en una tranquila soledad rodeada de formaciones rocosas agujereadas. Echo es lo más cerca que puedes llegar a sentir que estás fuera del planeta sin salir de la Tierra”, explican en su página web.

Antes de la inauguración de este complejo atípico, la compañía envió un equipo especializado para realizar la instalación del campamento, eso sí, con especial cuidado de minimizar tanto como sea posible el impacto ambiental, algo que ya han hecho en otros dos asentamientos que esta empresa ya ha instalado en aquel recóndito lugar.

Los interiores de las cápsulas también tienen un aspecto futurista, con un techo abovedado blanco, paredes blancas curvas y luces verticales empotradas integradas en la cabecera de la cama. El baño en suite está diseñado con baldosas octogonales y luces de techo empotradas en un patrón a juego.

Junto con el alojamiento, el campamento cuenta con áreas comunes separadas para descansar, comer, ducharse y refrescarse después de las actividades planificadas, como escalada en hielo, montañismo o andar en bicicleta. Una de las principales atracciones cercanas es la vida silvestre, y específicamente la colonia de pingüinos emperador de 28.000 habitantes que reside en Atka Bay.

Perfecto para grupos de uso exclusivo y para hasta 12 personas, Echo permite a los huéspedes combinar una experiencia de lujo con una aventura única. Pero, además, como todos los campamentos de White Desert, Echo está diseñado para ser desmantelado, sin dejar rastro en el paisaje antártico.

Por supuesto, esta aventura no está, al menos hoy por hoy, al alcance de todos los bolsillos. Una estadía en Echo cuesta 65.000 dólares (alrededor de 60.000 euros)o, si reserva para un grupo de 12 personas, la capacidad máxima para el campamento, la cuantía puede ascender hasta 78.000 dólares (casi 72.000 euros). Con estos precios, se incluye un recorrido de cinco días, vuelos y traslados desde Ciudad del Cabo a la Antártida, alimentos y bebidas, estadías en cápsulas y todas las actividades.